Un sábado, muy especial!!

Fue sábado 3 de junio de 2006, si fue este sábado :D , que tuvo de especial... que tuve la oprtunidad de compartir una hamburguesa con dos niñas del CAIMEDE (Centro de atención integral al menor en desamparo). Agradezco a Doña Rosy que me haya invitado, debo decir que al principio no sabía bien que era el asunto, se trataba de apadrinar un niño con una cajita sorpresa en burguer y la sorpresa me la lleve yo.

Llegamos al burguer de Francisco Montejo y fue grato ver que eramos como 20 personas entre ellas, claro, Julio que tenían la encomienda de pasar un rato con los niños, los cuales serían llevados en una camioneta del CAIMEDE, el tiempo paso y los niños no llegaban, resulta que los dejaron en otro burguer y la camioneta se fue. Esta camioneta tenía que regresar por ellos y llevarlos al burguer correcto, además se pierden!!!, jajajaja. Yo pensando en los niños, cómo se les ocurre dejarlos sin ver si quienes los iban a recibir habían llegado!!!, a lo mejor tendrían hambre pensamos!!! ellos cenan temprano y eran más de las 8, a esa hora ya deberían estar durmiendo. yo debi hartar a Julio con la constante interrogante de ¿Dónde están los niños? me negaba a ordenar (como los demás) hasta que ellos llegaran, ya llevabamos casi hora y media de atraso, y sucedio...llegaron.

Uno podría pensar que eran niños muy introvertidos, pues no, podría pensar que son ariscos, pues no y mucho menos unos majaderon. Eran unos ñiños preciosos. Yo y Julio tomamos a dos niñas de tres que venían tomadas de la mano y abrazadas, cuidandose entre ellas, una de 8 años Shirley despierta, líder y protectora, consiente de su realidad y de lo que le toca vivir (Niños arrancados de sus padres quienes pierden tutela de estos niños). La otra chica era Isabel parecia más chica pero tiene 10 años, no sabe su fecha de cumpleaños, ojos vidriosos cuando la tomamos de la manita, pero luego vimos que era la más cariñosa.

Actos que nos partieron el corazón: el verlas guardando una hambuerguesa para la niña que no le toco venir a este paseo, compartiendo helado con otros niños, jugando y riendo en los toboganes, el hecho de pedirnos que algun día las volvieramos a sacar juntas, que las visitaramos y el tener que dejarlas ir.

Al verlas subir a la camioneta, no pudimos todos los presentes evitar las lágrimas al soltar a su niño por una noche, yo no pude dormir de la emoción. Pero no es fácil verlas, Julio y yo no estamos casados y aun que lo estuvieramos tendriamos que pasar una investigación antes de permitirnos sacarlas por un fin de semana. Pero esperamos volver a verlas, porque me importan, porque las quiero como mis hermanitas.