martes, febrero 21, 2006

Juguemos al triangulo...

Los seres humanos constantemente estamos jugando un juego el del "si... pero..." Es como una transacción entre dos o más personas y en ese juego irremediablemente tomas uno de los tres papeles del triángulo: rescatadora, perseguidora o víctima.

En este triangulo, el perseguidor actúa bajo el influjo de la agresividad y necesita una víctima para existir, pues en ella es en quien deposita su poder. Son aquellas personas que quieren corregir al mundo. Dictan lo que es correcto y lo que es erróneo porque ellos nunca se equivocan, caracter generalmente fuerte que desnudan con la mirada y descuartizan con las palabras. Ellas persiguen el control de situaciones y personas, quien no actue como ellas esperan o desean automáticamente es descalificado o castigado.
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El rescatador actúa bajo el influjo de la culpabilidad y siente satisfacción al hallarse cerca de un perseguidor, ya que sólo así podrá rescatar a la víctoma y jugar el rol de ser el bueno del cuento. Son personas que quieren cuidar a todo el mundo, pero terminan muchas veces desvalorizando la capacidad de los otros. Algo así como quien se casa con un alcoholico con la intención de cambiarlo y lo logra... termina bebiendo más por no darles la oportunidad de progresar. El rescatador es un catedrático en la adjudicación de los problemas ajenos, aunque generalmente no ve los propios o los abandona para resolver los otros, ya que esto le resulta menos doloroso y compremetedor.
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Finalmente, la víctima actúa bajo el influjo del resentimiento, son personas que hacen de su vida una serie de incapacidades y males. Su vida es el resultado de las acciones de los demás y no logran asumir la responsabilidad de sus propios actos. Su vida se acompaña de una enorme sábana para llorar y llorar. Suelen ser chantajistas y cargan con sigo un libro en donde contabilizan las deudas que los demás tienen para con ellas. Un signo característico es que suelen decir a casi todo que sí, aunque de inmediato canalizan su pesar en alguien más por el compromiso que voluntariamente adquirieron. Ejemplos: "es que no podía negarme, imagínate lo que pensaría de mi si no le hago este favor; al fin de cuentas mi vida esta consagrada a los demás y yo estaré en el último lugar" o que tal "con tal de que mis hijos y mi marido estén bien y contentos, yo no importo, con que ellos sean felices basta". Es frecuente que los hijos de estas victimas terminen llenos de miedos, jugando el papel que tanto odiaron y graduándose como expertos manipuladores y resentidos con la vida.
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Los seres humanos desempeñamos constantemente estos papeles, pero suele predominar uno de ellos, y hay que cobrar conciencia de ello para no quedar atrapados en el juego. Si tú entras en el triángulo, irremediablemente cargarás con las consecuencias: te quemarás.

3 comentarios:

Jorgito dijo...

Que profunda me salió hoy...

FlOr dijo...

Lo que causa la lectura, sacada del libro: Dios mío, hazme viuda!!!

Herbert González Barrera dijo...

Que poética jeje. Saludos desde Cd. del Carmen.

Esta me gusto...

La bati señal!!

Anoche tuve un sueño extraño, Batman estaba peliando con el Guasón, como siempre, y así como es Batman, adivinó el lugar del siguiente ataq...

Quise recordar...